Por: Montse Macías
Candyman del director Nia DaCosta demuestra que el género de terror aún no se ha explorado del todo y lo que creíamos visto, en esta película vimos cosas nuevas. Puedo decir que es como si hubieras metido en una licuadora diversos elementos del cine de terror que hacen que sea un éxito y le agregaron el plus a la historia que ya conocíamos de Candyman (de Bernand Rose) algo diferente.
Desde hace muchísimo tiempo, el barrio de Cabrini Green en Chicago ha tenido a un misterioso asesino en serie que porta un gancho por mano y al que se puede invocar diciendo su nombre cinco veces enfrente de un espejo. En la actualidad, se sabe que la última torre de Cabrini fue destruida hace una década y el nuevo artista visual Anthony McCoy y su novia Brianna se han mudado a un apartamento de lujo en Cabrini por lo que parece ser un barrio totalmente diferente, pero su pasado oscuro saldrá a la luz.
DaCosta nos trae una película hacia un público muy difícil ya que ahora no cualquier película de terror, realmente te asusta; sin embargo en Candyman el miedo llega poco a poco. Esta cinta nos trae no un remake sino una secuela muy actual del éxito de la primera entrega, para los millennials les puedo garantizar que visualmente les será muy atractivo además de que se muestra el espacio visual como un punto focal al usar lugares muy cerrados, como si Candyman entrara como lo dije anteriormente poco a poquito.
Hay que tener en cuenta que se toman temas social y culturamente hablando muy marcados actualmente, ya que la leyenda de este hombre, de Candyman tiene una parte de metáfora con la injusticia hacia la gente de color y es que nos marca que esto es algo que sucede periódicamente (que regrese este asesino). Ya que el terror no viene a ser ficción, sino algo que se vive día a día en nuestra sociedad.
Comments